El camino hacia la Luna
El recorrido de este camino tuvo connotaciones trágicas para las dos potencias casi al mismo tiempo, cuando se disponían a iniciar sus respectivos programas lunares.
El programa Apollo ya era un hecho, la primera tripulación de tres hombres ya estaba asignada, se trataba de Virgil Grissom, astronauta que había participado en los programa Mercury y Gemini; Edward White, el primer caminante espacial americano y Roger Chaffee, quien realizaría su primer vuelo.
La primera misión Apollo consistiría en testear los módulos de mando y servicio en un vuelo orbital terrestre de dos semanas, sin embargo una tragedia ocurriría mucho antes durante el entrenamiento final, el 27 de enero de 1967.
Un incendio fortuito encendió los materiales de plástico y velcro de la cabina, la tripulación murió asfixiada por el denso humo de la combustión; tras la consiguiente investigación se determinó que el incendio se había originado a raíz de un cortocircuito en un cable en mal estado y encendió materiales que, en condiciones normales, eran incombustibles, pero la cabina se había presurizado con oxígeno puro, como si se tratara de un vuelo real, provocando el voraz incendio que mató a los astroanutas.
Por otro lado la Unión Soviética había estrenado su nuevo programa espacial tripulado, las naves Soyuz, ideada para orbitar la Tierra y luego la Luna junto a un módulo de descenso que no estaba terminado aún.
El 23 de abril de 1967 es lanzada la Soyuz 1 con el cosmonauta Vladimir Komarov a bordo, la misión original consistía en realizar un encuentro y acople en órbita con la Soyuz 2, la cual finalmente no fue lanzada debido a la inestabilidad de la nave de Komarov.
Uno de los paneles de la nave no había conseguido desplegarse, además la misma se había vuelto difícil de controlar, por lo que se decidió un apresurado regreso que terminó trágicamente al enredarse el paracaídas del módulo orbital; la Soyuz impactó en el suelo y Komarov murió en el acto; se trató de la primera víctima fatal del espacio.
Mientras tanto la NASA consiguió poner en órbita la primera cápsula tripulada con tres hombres a bordo, la Apollo 7, tripulada por Walter Schirra, Don Eisele y Walter Cunningham sirvió para probar todos los sistemas de la nave en órbita terrestre.
Pero el gran golpe mediático se dio en la navidad de 1968, cuando la cápsula Apollo 8 realizó la misma prueba pero en órbita lunar; los astronautas Frank Borman, James Lovell y William Anders integraron el primer vuelo circunlunar tripulado, describiendo diez órbitas en torno a la Luna.
A pesar del avance de la NASA el programa lunar ruso continuó, perfeccionando las técnicas de encuentro y acople de naves en órbita terrestre que culminaron con éxito a comienzos de 1969 con el acople de las Soyuz 4 y 5, el primero de dos naves tripuladas, con intercambio de cosmonautas; dos de ellos se habían trasladado de la Soyuz 5 a la 4, mediante una caminata espacial, regresando a la Tierra en dicha nave.
Pero Apollo 8 había marcado la recta final hacia la Luna, al poco tiempo los rusos habían admitido tener fallas con su lanzador principal, reconociendo su imposibilidad de llegar antes que Estados Unidos.
El hombre en la Luna
Finalmente, tras ocho años de intenso trabajo, de pruebas, tanto en tierra como en el espacio y la serie de vuelos tripulados de ensayos, que conformaron los proyectos Mercury y Gemini, el momento de cumplir con la hazaña estaba llegando.
El 16 de julio de 1969 todo estaba listo para el inicio del histórico viaje, en la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy se hallaba imponente el cohete Saturno V, de 111 metros de altura, el aún más grande y poderoso de la historia, en su cima estaba el módulo de comando, bautizado "Columbia" en honor a la nave ideada por Julio Verne en su célebre "De la Tierra a la Luna" con capacidad para tres astronautas y debajo del mismo el módulo lunar bautizado "Eagle" (águila), juntos conformaban el Apolo 11, la primera de su serie destinada a posarse con astronautas en nuestro satélite natural.
Los tres protagonistas eran el comandante de la misión Neil Armstrong, el único civil; el piloto del módulo lunar Edwin Aldrin, coronel de la Fuerza Aérea; y el piloto del módulo de mando Michael Collins, teniente coronel de la Fuerza Aérea.
Puntualmente a las 9:31 de la mañana (11:31 en Argentina) el Saturno V se elevó rugiente ante un millón de personas que estaban apostadas en las cercanas playas de Cocoa Beach y Cabo Cañaveral, al tiempo que era televisado para todo el mundo, con relatos desde la NASA; el vuelo ya empezaba a inscribirse en las páginas de la historia.
Por fin, el 20 de julio de 1969, llegó el gran momento, Armstrong y Aldrin se trasladan al módulo Eagle para descender en la zona llamada "Mar de la Tranquilidad" mientras que su compañero Collins los esperaría en órbita lunar hasta su regreso.
Armstrong fue el encargado de maniobrar el módulo lunar y tras descartar una zona demasiado rocosa, guía al módulo hasta una zona menos peligrosa, para posarse suavemente.
Casi sobre la medianoche, a las 23:56, hora argentina, Armstrong desciende lentamente por la escalerilla y así la humanidad entera puso por primera vez su pié en la Luna, casi todos en el mundo pudieron verlo en directo por televisión desde una cámara montada en el módulo; luego le tocaría el turno de bajar a Aldrin, para ese entonces Armstrong ya había tomado una pequeña muestra de rocas lunares en sus bolsillos, para el caso de que tuviera que regresar apresuradamente.
La primera caminata lunar fue bastante corta comparada con las que le seguirían en las misiones posteriores, apenas unas dos horas y cuarenta minutos, pero fue más que suficiente para montar algunos instrumentos de medición de vientos solares y posibles sismos, fue la primera estación científica en otro mundo.
Apolo 11 regresó con éxito total el 24 de julio de 1969, con muchos datos científicos y varios kilos de muestras lunares.
Los viajes lunares tripulados pronto serían considerados rutina, sin embargo, en abril de 1970, la misión Apollo 13 demostraría que no hay nada de rutinario en eso. Lanzada en medio de una total indiferencia la misión sufriría uno de los percances más graves dos días después, durante el viaje de ida a la Luna. Uno de los tanques de oxígeno del módulo de servicio estalló como consecuencia de un cortocircuito en el sistema eléctrico, dejando la cápsula sin energía.
Los astronautas James Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, debieron hacinarse en el módulo lunar y emplearlo como bote salvavidas.
La NASA realizó una gran misión de rescate planteando mediante cálculos y los mejores expertos, una nueva trayectoria para traer de regreso a los astronautas; hazaña que se vió coronada con el éxito el 17 de abril.
El programa Apollo continuó con cuatro misiones más, incorporando un pequeño móvil de cuatro ruedas llamado Moon Rover para realizar excursiones más largas por la superficie lunar y diverso material científico, al tiempo que los astronautas recibieron un entrenamiento adicional para la observación y clasificación de muestras lunares.
Sin embargo el desinterés del público y la baja en el presupuesto terminó con el programa lunar tripulado, los astronautas Eugene Cernan y Harrison Schmitt, de Apollo 17, caminaron en la Luna en diciembre de 1972 y son, hasta el día de hoy, los últimos hombres en hacerlo.
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