Sin dudas el año 2009 fue muy productivo en materia de vuelos espaciales tripulados, no solo para la NASA y la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos), sino también para las agencias espaciales canadiense, japonesa y europea, las cuales aumentaron su presencia en el espacio.
Durante 2009, tanto la NASA como Roskosmos, incrementaron la cantidad de vuelos espaciales, la NASA volvió a tener un promedio de cinco vuelos en un año, tal como lo hacía antes del accidente del Columbia, y los rusos duplicaron el envío de naves tripuladas Soyuz, de dos a cuatro.
Es un crecimiento curioso ya que el motor del mismo es la inminente salida del transbordador de la NASA del servicio activo, eso motivó a que la agencia espacial norteamericana apurara los tiempos en cuanto a la construcción de la Estación Espacial Internacional, dedicando cuatro de esas cinco misiones a finalizar segmentos pendientes.
Entre esas cuatro misiones se encuentran la STS-119, lanzada en marzo, con bastante retraso respecto al calendario original, pero la cual por fin pudo completar la instalación de los juegos de paneles solares para brindar energía a la estación y sus módulos.
Ya, con la energía asegurada, la NASA envió a las misiones STS-127 (julio) para completar el módulo japonés Kibo, y las misiones logísticas STS-128 (agosto) y STS-129 (noviembre) para dotar a la Estación de mayor carga científica e instrumental, previniendo la falta del transbordador en 2011.
Pero sin dudas la misión del año fue la STS-125, lanzada en mayo, para reparar al telescopio Hubble por última vez y así preservar un maravilloso instrumento astronómico que tantas revelaciones dió a la humanidad en los últimos 19 años.
La misión STS-125 fue un esfuerzo sin precedentes, realizada en medio de la urgencia de terminar la estación, con solo tres transbordadores en la flota y un calendario con pocas fechas disponibles, sin embargo la misión, como los otras, fue un éxito total.
La ampliación de las tripulaciones de la estación, de tres a seis integrantes, motivó que los rusos incrementaran sus envíos de naves Soyuz de dos a cuatro en un año, teniendo en cuenta que el transbordador ya no aportará integrantes estables, los astroanutas de la NASA ya comenzaron a usar las naves Soyuz para ir y volver de la estación.
Por consiguiente las Soyuz se conviertieron en la clave para mantener la presencia humana constante en el espacio.
Si bien el transbordador de la NASA es insuperable en el envío de cargas (tiene una capacidad de 100 Tn.) este año fueron lanzadas cinco naves de carga Progress, las cuales si bien no tienen la misma capacidad, deja el camino abierto para que el año siguiente sean muchas más y se integren con los cargueros europeos y japoneses, dicho sea de paso, este mes de septiembre, el primer carguero japonés realizó su primera misión en la ISS con éxito.
Los astronautas de otras agencias espaciales demostaron que pueden ponerse a la par de sus colegas americanos y rusos, este año el primer europeo, el belga Frank de Wine, comandó una expedición de larga permanencia en la ISS, la Expedición 21, que se desarrolló entre los meses de junio y noviembre.
Otro europeo, que este año voló por segunda vez, fue Christer Fuglesang en la misión STS-128.
Los canadienses también dijeron presente, por un lado el astronauta Robert Thirsk integró la Expedición 21 y por otro la astroanuta Julie Payette volvió al espacio, en la misión STS-127, encontrándose en la ISS con su compatriota, originando el primer encuentro de canadienses en el espacio.
Dos japonenes integraron este año expediciones en la ISS, Koichi Wakata la Expedición 19 y Soichi Noguchi la 22, que recién comienza.
Dos japonenes integraron este año expediciones en la ISS, Koichi Wakata la Expedición 19 y Soichi Noguchi la 22, que recién comienza.
El 2010 promete ser otro año intenso en cuanto a misiones, estarán las cinco misiones que faltan del transbordador, con objetivos interesantes como la colocación de la cúpula y el envío de un módulo ruso y otras cuatro naves Soyuz para enviar integrantes de expediciones.
Tal vez haya alguna misión adicional del transbordador, pero la llama de los vuelos tripulados tenderá a apagarse si no se fija el rumbo para el programa Constellation y la continuidad de la estación espacial.
Esperemos que este 2009 sea un ejemplo de lo que hay que seguir haciendo en el espacio.
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