Latinoamérica en el espacio : Franklin Chang Díaz

Prensa Espacial sigue resaltando el papel de Latinoamérica en el espacio, hoy nos ocuparemos de Franklin Ramón Chang Díaz, nacido en Costa Rica y nacionalizado estadounidense, quien formó parte del cuerpo de astronautas de la NASA desde 1980 hasta 2005, realizando durante ese tiempo nada menos que siete viajes espaciales, un récord que solo comparte con el astronauta Jerry Ross.

Chang Díaz fue el tercer astronauta de origen latino que voló al espacio (luego del cubano Tamayo Méndez con los rusos y del mexicano Neri Vela en el transbordador meses antes) y el primero perteneciente a la NASA en hacerlo.

Nació el 5 de abril de 1950 en San José de Costa Rica, vivió su infancia en una casa ubicada al costado sur de Plaza La Salle, aunque también residió en Venezuela durante algunos años. Su padre, de apellido Chang, es de ascendencia china y está fallecido; su madre, María Eugenia Díaz, aún vive.

Cuando Franklin estaba cerca de concluír la secundaria, fue enviado por sus padres a Estados Unidos, donde, según dice él, llegó con $50 en el bolsillo y sin saber hablar inglés confundido de lo que le decían.

Una vez finalizada la escuela media, ya en EEUU, ingresó a la Universidad de Connecticut, donde obtuvo el título de Ingeniería Mecánica en 1973. Cuatro años más tarde obtuvo el doctorado en Ingeniería nuclear, por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Su investigación doctoral se basó en la tecnología de fusión, y propulsión a chorro basada en plasma.

Fue seleccionado por la NASA como astronauta candidato especialista en misión en 1980; luego de dos años de entrenamiento quedó en condiciones de volar al espacio a bordo de la flota de transbordadores espaciales.
Su primera misión fue a bordo del transbordador Columbia, durante la misión científica STS-61C en 1986, donde además se puso en órbita el satélite de comunicaciones Satcom-KU1 y se realizaron observaciones del cometa Halley.
Luego participó en la misión STS-34 Atlantis, en 1989, fue la encargada de poner a la sonda Galileo en ruta a Júpiter, la cual realizó una gran investigación en el planeta gigante.
En 1992 formó parte de la tripulación de la STS-46 Atlantis, una misión científica conjunta con la Agencia Espacial Europea, la cual experimentó con un satélite cautivo llamado EURECA para estudiar la ionización en la alta atmósfera.
Su cuarto vuelo lo realizó en 1994, el Discovery, en la misión STS-60, el primer vuelo donde participó un ruso, Sergei Krikalev, que además efectuó un acercamiento en órnita con la estación espacial rusa MIR, en el marco de la preparación de los vuelos conjuntos del transbordador de la NASA con la desaparecida estación, germen de la actual Estación Espacial Interncional.
En 1996 vuelve al transbordador Columbia, en la misión STS-75, que constituyó una repetición del vuelo STS-46, ya qye en aquella oportunidad no se había conseguido un despliegue total del EURECA y esta misión si lograron hacerlo y obtener resultados científicos más relevantes.
A pesar de tener cinco vuelos en su haber, todavía le faltaban realizar, quizás, los más interesantes de su carrera, en 1998 le tocó participar en el último vuelo del transborddaor destinado a acoplarse con la estación MIR, la STS-91 Discovery, realizó el noveno y último acople antes de la construcción de la ISS, permitiéndole visitar a la estación rusa y a sus ocupantes.
Su récord lo completó en 2002, con su séptimo y último vuelo, a bordo de la misión STS-111 Endeavour, una misión logística a la Estación Espacial Internacional que además se encargó de llevar a la Expedición 5 y traer de regreso a la 4.
Chang Díaz completó su exitosa carrera realizando en esta última misión, por primera vez en su vida, tres caminatas espaciales con las cuales sumó casi 20 de horas de actividad.

El latino astronauta se retiró en 2005, sumando 67 días en el espacio a lo largo de sus siete vuelos.

Obviamente no es quien más tiempo sumó en el espacio, pero si uno de los dos únicos que voló siete veces, lo que indica que fue un gran profesional.