Los técnicos de la NASA comenzaron a trabajar sobre una pequeña fuga detectada en los motores de popa del transbordador Discovery,detectada ayer durante las pruebas, que podría devenir en una propagación no deseada de elementos tóxicos al momento del despegue.
Por tal motivo se suspendieron la tareas normales de rutina, que involucran la preparación de un lanzamiento, para dar lugar a las tareas de revisión y reparación de las toberas del Discovery, las mismas, según lo previsto tendrán una duración de dos a tres días.
Debido a que los propelentes son altamente tóxicos los trabajos no podrán empezar antes de que todas las tuberías se encuentren totalmente libres del mismo.
Los funcionarios de la NASA, consultados por este pequeño percance, coincidieron en afirmar que, de no encontrar ningún otro contratiempo, este puntual problema podrá ser reparado a tiempo, sin necesidad de retrasar la fecha de la misión prevista para el 1 de noviembre.
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