El nombre de la nave proviene del barco de exploración HMS Discovery, integrante de la flota de James Cook en su tercer y último viaje. Otras embarcaciones comparten el mismo nombre, como la Discovery de Henry Hudson que entre 1610 y 1611 buscó el Paso del Noroeste; y el RRS Discovery de Scott y Shackleton que se utilizó en sus viajes a la Antártida de 1901-1904.
Además, el transbordador comparte nombre con la nave de ficción Discovery One de la película 2001 Odisea del espacio.
Esta es la misión 34 del Discovery, todas ellas muy importantes en el camino del hombre en el espacio, la primera de ellas, justamente comenzó un 30 de agosto de 1984, fue la denominada STS-41D, encagada de colocar en órbita tres satélites de comunicaciones y de desplegar un panel solar experimental para probar esa misma tecnología que hoy permite la existencia de la Estación Espacial Internacional.
Tal vez fue casualidad pero el desino quizo que este tranbordador le devolviera la confianza a la NASA y al público dos veces, ya que fue el encargado de retornar al espacio en las dos oportunidades que sufrió las tragedias espaciales del Challenger en 1986 y del Columbia en 2003. Los vuelos se habían retomado con las misiones STS-26, en 1988 y STS-114, en 2005.
Otras misiones, no menos trascendentes, fueron la puesta en órbita del Telescopio Hubble en 1990, con la misión STS-31, la STS-41 que ese mismo año puso rumbo al Sol a la sonda Ulises que funcionó hasta hace muy poco tiempo.
El Discovery fue escenario del reencuentro de las potencias espaciales desde la misión Apollo-Soyuz en 1975, el cosmonauta ruso Sergei Krikalev fue el primero de su país en volar en un transbordador de la NASA, en la misión STS-60 en 1994 y al año siguiente se realizaría el primer encuentro en el espacio, sin acople, con la estación rusa MIR, a bordo del Discovery se encontraba el cosmonauta Vladimir Titov.
En 1995 el Discovery cobró una imporancia local cuando un astronauta, Donald Thomas, habló por primera y única vez desde el espacio, con chicos de un colegio primario argentino, ubicado en Venado Tuerto, en el marco del programa Sarex, que fomentaba este tipo de contactos radiales entre astronautas en órbita y niños de todo el mundo.
Luego de realizar uno de los nueve acoples que la flota de transbordadores tuvo con la estación rusa MIR, entre 1995 y 1998, pasó a formar parte de un importante pilar en la construcción y matención de la actual Estación Espacial Internacional, realizando relevos de tripulaciones y llevando juegos de paneles solares, los últimos los llevó con la misión STS-119, en 2009; con ello la Estación adquirió la actual fisonomía que conocemos.
Discovery promete sorprendernos en las misiones que le quedan ya que, muy posiblemente, sea el protagonista del último vuelo del transbordador espacial de la historia, cuando en septiembre de 2010 despegue la misión STS-133, llevando una de las herramientas científicas más complejas para la Estación Espacial.
3 comentarios:
Como diría Robin "santo telscopio", la revolución que produjo el Hubble en astronomía, en el conocimiento del universo se la debemos esta vez, para variar, a la exploración espacial, en este caso al transbordador Discovery y por supuesto, también a las tripulaciones que integran las misiones.
Comparto tu opinión ! especialmente en cuanto a las tripulaciones respecta, para mi son un elemento determinante en los viajes espaciales, no es lo mismo la exploración robotizada.
El transbordador espacial es el último legado de la carrera espacial. Ya estaban los planos del shuttle antes de que llegaran a la Luna, igual que los rusos que sobreviven con la nave Soyuz, a partir de ahora se deberá crear nueva tecnología para los viajes espaciales tripulados, pero faltan fondos y entusiasmo y motivación política para ello.
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