La NASA puso en circulación un video promocional acerca del próximo service al telescopio espacial Hubble, la misión STS-125 por el transbordador Atlantis será la encargada de esta difícil tarea.
Será el último vuelo para el Atlantis antes de su salida del servicio activo.
Nota publicada en Aeroespacio Nº 577 (may/jun 2007):
El administrador de la NASA, Michael Griffin, anunció públicamente que el transbordador realizará el quinto y último service al telescopio espacial Hubble; la misión, que será la STS-125, se llevará a cabo a mediados de septiembre de 2008 , posiblemente por el transbordador Atlantis.
La decisión de reparar al Hubble se toma en el marco del tramo final del ensamblado de la Estación Espacial Internacional (ISS) y del regreso del transbordador luego de la tragedia del Columbia en 2003.
Habiendo alcanzado las normas de seguridad requeridas para los vuelos del transbordador se planificó esta nueva misión, que requerirá de cinco actividades extravehículares y se elevará a una altura cercana a los 800 Km., más del doble de los vuelos convencionales que viajan a la ISS.
Como se tomó la decisión
El anuncio de Michael Griffin de la misión de service al Telescopio Espacial Hubble es el resultado de un encuentro con el personal del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, en Greenbelt, esta agencia es la responsable en el manejo del Hubble.
El telescopio fue lanzado a bordo del Discovery, en abril de 1990, y desde entonces necesitó recibir cuatro services en 1993, 1997, 1999 (de emergencia) y 2002; en los cuales recibió desde lentes correctoras hasta cambios en sus giroscopios y procesadores de su computadora.
Contar con un telescopio en órbita, fuera de la influencia de la atmósfera terrestre, significó un invaluable aporte para la astronomía y para la comunidad científica en general, a nivel mundial; ya que su capacidad de observación supera a cualquier telescopio terrestre y las observaciones que realizó, a lo largo de sus 16 años de vida, permitió develar muchos misterios del Universo.
Realizarle un último service, antes de pensar en un reemplazo, siempre fue un punto pendiente para la NASA, pero con la reducción de la flota a tres transbordadores y la prioridad de terminar el ensamblaje de la Estación Espacial Internacional para 2010, hicieron pensar en cancelar dicha misión y abandonar al Hubble a su suerte hasta que dejara de funcionar y cayera de su órbita.
La comunidad científica elevó su voz de protesta durante los últimos dos años ante la posibilidad de la cancelación.
La administración de Griffin comenzó en 2004 una política de acercamiento con el público para reflotar su entusiasmo por la NASA y los vuelos espaciales, esa política incluyó anunciar el retorno a la Luna (Aeroespacio nº 570) y, a pesar de la apretada agenda de vuelos del transbordador, esta última misión para prolongar la vida del telescopio espacial.
A pesar de que la flota de transbordadores lentamente está volviendo a los antiguos márgenes de seguridad, que le permiten volar cada dos meses y regresar a los lanzamientos nocturnos, se sabe que esta futura misión no despegará si no hay un segundo transbordador alistado para un eventual rescate en caso de ser necesario.
Al volar a más del doble de altura que las demás misiones y muy lejos de la Estación Espacial Internacional, sin posibilidad de ir a ella en caso de emergencia, se hace necesario implementar una misión de reserva para efectuar un eventual rescate.
Teniendo en cuenta estas premisas la misión ya fue planificada junto con todas sus contingencias y los astronautas ya comenzaron sus entrenamientos.
El lanzamiento está previsto, tentativamente, para septiembre de 2008.
Quienes son los astronautas
El Administrador de la NASA también anunció a los astronautas seleccionados para la misión, ellos son el veterano astronauta Scott D. Altman, quien comandará la misión final del transbordador espacial al Hubble; el piloto, Capitan de la Reserva Naval, Gregory C. Johnson, quien realizará su primer vuelo; entre los especialistas en misión estarán los veteranos John M. Grunsfeld, Michael J. Massimino y los debutantes Andrew J. Feustel, Michael T. Good y Megan McArthur.
El comandante Altman, quien es nativo de Pekin, hará su cuarto vuelo, y será el segundo viaje rumbo al Hubble. Comandó la misión STS-109 que realizó un servicio sobre el Telescopio en 2002. Sirvió como piloto en la misión STS-90 en 1998 y en la STS-106 en 2000.
Johnson, que proviene de Seattle y se formó como piloto de pruebas naval y como piloto de pruebas de NASA, fue seleccionado en 1998, realizará su primer vuelo al espacio.
Grunsfeld, un astrónomo oriundo de Chicago, realizará su tercer viaje al Hubble y será el quinto vuelo en su haber. Con cinco caminatas en su historial, cuando realizaron un servicio del telescopio en la misión STS-103, en 1999 y en la STS-109, en 2002. También voló en la STS-67 en 1995 y en la STS-81 en 1997.
Massimino, proveniente de N.Y., realizará su segundo viaje al Hubble y el segundo también en general. En aquel momento realizó dos caminatas durante la misión STS-109 en 2002.
Feustel, seleccionado en 2000 y nativo de Michigan, fue geofísico y explorador para la industria petrolera, al tiempo que los seleccionaban para la NASA.
Good proviene de Ohio, coronel y oficial de sistema de armas de la Fuerza Aerea, se graduó del a Escuela de Pilotos de Pruebas de la Fuerza Aérea y cuenta con mas de 2.100 horas de vuelo acumuladas en 30 aeronaves de distinto tipo.
McArthur, nacida en Honolulu, es ocenógrafa y se formó como investigadora en jefe del Scripps Institution of Oceanography, además posee un doctorado de la Universidad de California.
El veterano Grunsfeld aseguró "Creo que una misión al Hubble merece que se arriesgue la vida, estoy convencido de que la próxima misión al telescopio espacial va a ser mucho más segura que las anteriores".
Cinco paseos espaciales
Los astronautas Altman y Johnson serán los encargados de pilotear el Discovery, llevarlo hasta el telescopio Hubble y realizar las maniobras de aproximación para que sea capturado por el brazo robot canadiense.
La NASA calcula que la misión durará once días, durante los cuales los cuatro especialistas, Feustel, Good, Grunsfeld y Massimino, harán hasta cinco paseos espaciales, de seis horas de duración cada uno, para cambiar las baterías y giroscopios del observatorio, instalar dos nuevos instrumentos y reparar otro que está averiado.
La mayoría de los paseos espaciales se realizan con dos astronautas; como en esta oportunidad participan dos veteranos y dos novatos muy posiblemente se armen dos equipos conteniendo uno de cada bando.
Mientras tanto la astronauta Megan McArthur será la encargada de realizar la delicada tarea de atrapar al Hubble con el brazo robot y asistir con el mismo a sus cuatro compañeros que realicen los paseos espaciales.
El conjunto Atlantis-Hubble se situará a una altura de 800 km. más del doble de las misiones convencionales que van a la Estación Espacial Internacional.
Esa puesta a punto alargará la vida del telescopio hasta, al menos, el año 2013, cuando la NASA debería volver a decidir sobre la oportunidad de otra visita de mantenimiento o de que el observatorio se desintegre durante la reentrada a la atmósfera terrestre. Por eso, los astronautas instalarán un sistema de anclaje que permitirá, en el caso que se decida, acoplársele en una futura misión.
"El Hubble ha reescrito los libros de texto de astronomía durante más de quince años, y estamos esperando los nuevos capítulos que se añadirán con futuros descubrimientos", dijo Mary Cleave, ex-astronauta y actual administradora adjunta de la NASA.
La importancia del Hubble
El hecho de que la NASA se haya tomado las molestias de planificar una última misión para alargarle la vida al famoso telescopio espacial, teniendo el trabajo pendiente de terminar la Estación Espacial, nos da una clave de la real importancia de este instrumento para observar los rincones más lejanos del Universo.
El Hubble, desde su privilegiada posición de la órbita terrestre, puede alcanzar a observar distancias de hasta 15.000 años luz, teniendo en cuenta que la luz que emiten las galaxias deben recorrer las distancias que nos separan de ellas, es lógico que las estemos observando como eran en esos tiempos remotos; penetrar con el Hubble en esas profundidades es mirar hacia el pasado, hacia el origen mismo del Universo.
Con las imágenes que el telescopio espacial reveló se confirmaron algunas teorías que conforman la de la creación del Universo y también se abrieron nuevos interrogantes, implícitos no solo en la comunidad científica sino en la naturaleza humana.
Hoy sabemos que el Hubble seguirá intentando responder las eternas preguntas de la humanidad acerca de nuestro origen en el cosmos.
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