Usando la mejor tecnología de la época y disponiendo de los mejores talentos de todo el mundo, los Estados Unidos conquistaron la Luna, hace ya 40 años, cumpliendo los objetivos impuestos por John Kennedy a principios de los 60.
Este año se cumple el 40º aniversario de la llegada del hombre a la Luna, un objetivo que parecía de ciencia ficción, aún cuando el presidente de Estados Unidos, John Kennedy, lo había hecho público aquel 25 de mayo de 1961, cuando apenas comenzaban los vuelos tripulados para la NASA.
Finalmente, tras ocho años de intenso trabajo, de pruebas, tanto en tierra como en el espacio y una serie de vuelos tripulados de ensayos, que conformaron los proyectos Mercury y Gemini, el momento de cumplir con la hazaña estaba llegando.
El 16 de julio de 1969 todo estaba listo para el inicio del histórico viaje, en la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy se hallaba imponente el cohete Saturno V, de 111 metros de altura, el aún más grande y poderoso de la historia, en su cima estaba el módulo de comando, bautizado "Columbia" en honor a la nave ideada por Julio Verne en su célebre "De la Tierra a la Luna" con capacidad para tres astronautas y debajo del mismo el módulo lunar bautizado "Eagle" (águila), juntos conformaban el Apolo 11, la primera de su serie destinada a posarse con astronautas en nuestro satélite natural.
Los tres protagonistas eran el comandante de la misión Neil Armstrong, el único civil; el piloto del módulo lunar Edwin Aldrin, coronel de la Fuerza Aérea; y el piloto del módulo de mando Michael Collins, teniente coronel de la Fuerza Aérea.
Curiosamente los tres habían participado, por separado, en una misión anterior, pesaban y medían lo mismo (74 Kg. y 1.79 m.) y tenían la misma edad, 38 años.
Mientras aguardaban la hora del lanzamiento, los astronautas, recibieron un control de rutina, para luego desayunar con el administrador de la NASA, el Dr. Thomas Paine, quien les remarcó por enésima vez que en todo momento deberían tener en cuenta la seguridad personal y que si algo andaba mal no intentaran hacer algo por sobre lo convenido, que aborten al primer indicio y serían puestos de inmediato en la siguiente misión para un nuevo intento.
Acto seguido los astronautas se colocaron los trajes con la ayuda de Joe Schmitt, un técnico experto que ayudó a vestir a todos los astronautas de las décadas del 60 y 70, luego subirían por un ascensor hasta la cima del cohete, donde estaba la escotilla de entrada del módulo del Apolo 11, allí los esperaba Gunter Wendt, un técnico de origen alemán, traído a la NASA por Werner von Braun y conocido por todos como el "Fuhrer" de la plataforma; Wendt era el responsable del chequeo de todos los sistemas de la nave y de la seguridad de toda el área llamada "White Room" su antesala de ingreso.
Puntualmente a las 9:31 de la mañana (11:31 en Argentina) el Saturno V se elevó rugiente ante un millón de personas que estaban apostadas en las cercanas playas de Cocoa Beach y Cape Canaveral, al tiempo que era televisado para todo el mundo, con relatos desde la NASA; el vuelo ya empezaba a inscribirse en las páginas de la historia.
A tres horas del lanzamiento el cohete se hallaba reducido a una sola etapa y mediante un potente disparo salía de la órbita terrestre para comenzar su viaje de tres días a la Luna, una vez confirmado este curso se aproximaba una maniobra crucial, Collins debería maniobrar para separar el módulo de mando del resto del conjunto y girar 180º para acoplarse al módulo lunar, que utilizarían Armstrong y Aldrin para alunizar; una vez cumplida esta difícil maniobra el viaje proseguiría hasta llegar a su destino final.
Por fin, el 20 de julio de 1969, llega el gran momento, Armstrong y Aldrin se trasladan al módulo Eagle para descender en la zona llamada "Mar de la Tranquilidad" mientras que su compañero Collins los esperaría en órbita lunar hasta su regreso.
Armstrong fue el encargado de maniobrar el módulo lunar y tras descartar una zona demasiado rocosa, guía al módulo hasta una zona menos peligrosa, para finalmente posarse suavemente, dejando solo diez segundos de combustible de remanente; sin embargo habría que esperar unas cuantas horas antes de que los astronautas pudieran caminar sobre la superficie lunar.
Casi sobre la medianoche, a las 23:56, hora argentina, Armstrong desciende lentamente por la escalerilla y así la humanidad entera puso por primera vez su pié en la Luna, casi todos en el mundo pudieron verlo en directo por televisión desde una cámara montada en el módulo; luego le tocaría el turno de bajar a Aldrin, para ese entonces Armstrong ya había tomado una pequeña muestra de rocas lunares en sus bolsillos, para el caso de que tuviera que regresar apresuradamente.
La primera caminata lunar fue bastante corta comparada con las que le seguirían en las misiones posteriores, apenas unas dos horas y cuarenta minutos, pero fue más que suficiente para montar algunos instrumentos de medición de vientos solares y posibles sismos, fue la primera estación científica en otro mundo.
Si bien Armstrong fue el primer hombre en la Luna curiosamente no existen fotos de él, en todas las fotos en donde se ve a un astronauta del Apolo 11 se trata de Edwin Aldrin, y esto fue debido a que los astronautas solo tenían una cámara Hasselblad, el plan original era que debían pasársela, pero Aldrin se disculpó argumentando que se había olvidado de pedírsela a su compañero, muchos atribuyeron este olvido a su resentimiento por no haber sido elegido para ser el primer hombre en pisar la Luna.
Apolo 11 regresó con éxito total el 24 de julio de 1969, con muchos datos científicos y varios kilos de muestras lunares, pero, a pesar del éxito, la recepción fue un tanto extraña, la cápsula había sido rescatada en el Pacífico, allí mismo varios buzos abrieron la escotilla y les arrojaron trajes aislantes biológicos para prevenir cualquier contaminación que pudieran haber traído de la Luna.
Después de una cuarentena de quince días, durante la cual recibieron las felicitaciones telefónicas de varios líderes mundiales, comenzando por el presidente Nixon, pudieron reencontrarse con sus seres queridos, luego vendrían las recepciones, los homenajes y los viajes por el mundo.
Con tantas anécdotas no debemos olvidar que Apolo 11 marcó un antes y un después, no solo en la historia de los vuelos espaciales si no en la de toda la humanidad, muchos aún se preguntan para que sirvió el viaje a la Luna y si fue algo útil, hoy, a 38 años de la hazaña el viaje a la Luna sigue aportando su experiencia para el conocimiento del universo y para los actuales planes de retornar al satélite, plataforma inicial para viajar a otros planetas y así acrecentar la expansión de la humanidad, camino que, tarde o temprano, todos recorreremos.
Una hazaña que unió a toda la humanidad ! Si el presidente Nixon pudo hablar con los astronautas del Apollo 11 cuando estaban en la Luna (la comunicación más distante entre dos seres humanos) hoy podemos llamar a nuestro amigo, por más lejos que esté, verdad ?
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