23 mayo 2016

Se viene una moneda de Christa McAuliffe





El senado de EEUU aprobó la emisión de una moneda de un dólar conmemorativa a Christa McAuliffe, la maestra que participó en el fatídico vuelo del Challenger, en enero de 1986, hace ya treinta años. Si bien la ley se aprobó este año, las piezas recién podrán verse el año que viene, pero ha sido una buena iniciativa para recordar que los vuelos espaciales a veces, lamentablemente, son más seguros sobre los errores de los anteriores. La moneda será de una aleación de plata (90%) y cobre (10%).

19 mayo 2016

Un pequeño impacto en la estación espacial

Hace unos días el astronauta británico, Tim Peake, tomó esta foto que evidencia un impacto sobre uno de los vidrios de la cúpula de la Estación Espacial Internacional. Hay algún peligro inminente ? 


Pues no, nada de eso... La marca tiene unos siete milímetros y posiblemente la provocó una partícula más pequeña aún. Si bien la basura espacial existe, y es un riesgo presente, es menos frecuente a la altura donde órbita la ISS. 

Además, por la cantidad de ventanas que tiene la cúpula, sus vidrios cuentan con cuatro gruesas capas, separadas por vacío, haciendo que sea imposible que estalle. Ahora bien, si un gran trozo de basura espacial impactara con este o cualquier otro módulo de la estación y lo perforara este puede cerrarse y aislarse del resto para evitar una descompresión total de la estación.



El desastre de la película Gravedad está basado en un modelo teórico, difícil de comprobar y mucho más difícil es que ocurra realmente.


08 mayo 2016

La joven argentina que conoció a Neil Armstrong en Río de Janeiro

Se cumplen cincuenta años de la primera visita de Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, a nuestro país. Fue durante una gira latinoamericana, junto al también astronauta Richard Gordon. Una gira que, puede muchos hayan olvidado, pero aquí la recreamos con un testimonio de primera mano, testigo del paso de los astronautas por Brasil, previo a su visita a Argentina.

                                  

Se trata de Lucía Niselba (Lú para casi todo el mundo) y su marido Ernesto, un simpático matrimonio, residente en la ciudad de Buenos Aires, cuyos orígenes se remontan a ancestros rusos y polacos, ambos son primera generación, nacidos en nuestro país, de sus respectivas familias. Lú cuenta, con mucho orgullo,  la participación de su abuelo en la Primera Guerra Mundial, en Rusia.



Lucía y Ernesto se casaron siendo muy jóvenes, en octubre de 1966,  decidiendo realizar su luna de miel en las playas de Río de Janeiro, Brasil; ellos son un claro ejemplo de haber estado en el lugar y momento indicados pues, en aquellos años, el interés por los vuelos espaciales era notorio, teniendo en cuenta que se estaba desarrollando la carrera espacial por llegar a la Luna, Lucía ya era seguidora de esta actividad, desde que la perrita Laika había llegado al espacio.

El entonces flamante matrimonio se hospedaba en el hotel Trocadero (hoy Arena), a escasos doscientos metros donde pocos días después llegarían los astronautas de la NASA, Neil Armstrong y Richard Gordon, en el marco de una gira que los llevó a recorrer varios países de América Latina, entre ellos nuestro país.

Armstrong había volado en la misión Gémini 8, hacía solo siete meses; un vuelo que adquirió ribetes dramáticos, cuando la cápsula comenzó a dar giros descontrolados, apenas se había acoplado con el misil balístico Agena, la pericia de Armstrong logró estabilizar la cápsula permitiendo regresar ileso, junto a su compañero, David Scott.

Por su parte, Richard Gordon formó parte de la tripulación de la Gémini 11, junto a Charles Conrad, en septiembre de 1966,  una misión que alcanzó un récord de velocidad (28.800 km/h) y altitud (1.372 Km).

Armstrong y Gordon nunca volaron juntos, pero la rotación de vuelos hizo que, en ambas misiones, uno sea parte de la tripulación suplente cuando el otro era el titular, tenían una buena relación y al estar sobre el final del programa Gémini, con sus respectivas misiones cumplidas, emprendieron la gira  que los llevó por varios países de América.


Cuando llegaron a Río de Janeiro, los astronautas, se instalaron en el hotel Copacabana Palace, muy cerca del Trocadero, donde estaban Lucía y Ernesto; sin pensarlo dos veces el matrimonio corrió hacia donde ellos estaban, listos para partir hacia una recepción y dar una charla.

Rápidamente Ernesto tomó su filmadora Saimic 8, para registrar el momento, al tiempo que el portero del Copacabana animaba a Lucía a que se acercara a charlar con los astronautas, para ese entonces Lucía ya iba provista de un folleto del hotel con la intención de que se lo autografiaran.


La filmación captó el momento en que los astronautas salían de su hotel, con sus respectivas esposas; en el minuto 0:08 se las puede ver a Janet Shearon, esposa de Armstrong, vestida de verde, junto a Barbara Field, esposa de Gordon.


Lucía logró, primero, el autógrafo de Richard Gordon y luego el de Armstrong, cuando ya se encontraba arriba del auto que los llevaría hacia una recepción por parte de la gente de la ciudad, sin embargo podemos ver como ella sigue charlando con ellos, unos momentos más, luego de obtener tan preciado recuerdo.

Cabe aclarar que en ese momento nadie, ni siquiera Neil Armstrong, sabía que en menos de tres años se convertiría en el comandante de Apollo 11 y nada menos que en el primer ser humano que pisaba la Luna.

Sin embargo, en plena carrera espacial, no era para nada menor estar cerca de los astronautas del momento y que hacía unos pocos meses, habían volado al espacio; en nuestro país, antes de la visita de Armstrong y Gordon, habían estado expuestas las cápsulas Gémini 4 y 5 a poco de terminar sus misiones.

Ernesto detalló lo dificultoso que era, en aquél entonces, filmar y poder reproducir a nivel hogareño dicha filmación. Nada que ver con los tiempos actuales, donde hoy  todos podemos filmar y editar simplemente con un teléfono celular.  La película captada por su filmadora,  Saimic 8, debió ser enviada a Panamá, para ser procesada y revelada, tardó como dos meses en llegar el carrete que, luego podría ser reproducido con un proyector Super 8, siempre cuidando que el carrete no se trabe y queme la memorable filmación.

La película era muda, pero en la edición que hoy podemos ver, ahora digitalizada por supuesto, para preservarla del paso del tiempo, se le ha agregado un fondo musical.


El tesoro de Lucía y Ernesto cobraría un gran impacto cuando, a mediados de 1969, se conocieron los nombres de quienes llegarían a la superficie lunar por primera vez, ahí estaba Armstrong, el mismo que hacía menos de tres años les había firmado desinteresadamente aquel folleto hotelero. Richard Gordon luego formaría parte de la Apollo 12, pero sin llegar a descender en la Luna.



Hoy, Lucía compara a Neil Armstrong con Cristóbal Colon, otro gran pionero de la humanidad, pero con el agregado de haber tenido un memorable encuentro, registrado de puño y letra y en la filmadora.    

Como última anécdota Lucía creyó haber perdido, en 2009, el folleto firmado y así permaneció, traspapelado,  durante los siguientes seis años, hasta que en 2015 volvió a encontrarlo con una inmensa alegría y desde ese momento decidió compartirlo con todos los que quisieran saber más sobre la historia de la conquista del espacio.

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